Entre 1950 y 1980, el Marketing 1.0 era un marketing centrado en el producto, dirigido a la satisfacción funcional de la necesidad a partir de las características técnicas, en el marco de una relación vertical y unidireccional con el cliente.
Entre 1980 y 2000, el Marketing 2.0 era un marketing centrado en el consumidor, dirigido a la satisfacción emocional de la necesidad a partir del valor añadido al producto o servicio, en el marco de una relación bidireccional con el cliente.
Entre 2000 y 2010, el Marketing 3.0 era un marketing centrado en la persona, dirigido a la satisfacción espiritual de la necesidad a partir de la confianza mutua, en el marco de una asociación estratégica con el cliente.
Llegados hasta aquí, es importante destacar el carácter evolutivo y acumulativo de las versiones 1.0, 2.0 y 3.0, ya que los nuevos conceptos se fueron incorporando con el único fin de centrar puntualmente la atención sobre ellos sin ningún afán excluyente sobre los conceptos anteriores.
Entre 2010 y 2020, el Marketing 4.0 centro la atención en la transición hacia lo digital en el marco de un crecimiento exponencial de la tecnología. Esta última circunstancia obligó a los programas de marketing a considerar aspectos del negocio que tradicionalmente estaban fuera de su órbita de actuación como la inclusividad social o la sostenibilidad ambiental, lo que forzó una rápida y profunda humanización de las marcas.
En 2021, el Marketing 5.0 propone hacer un uso intensivo de las denominadas “tecnologías para la humanidad” orientándolas a la creación, comunicación, entrega y mejora del valor a lo largo del recorrido de compra del cliente.
Por último y por suerte, el límite a las “tecnologías para la humanidad” vendrá dado por la armonía funcional del ser humano, ese prodigio culpable de postergar a perpetuidad la fantasiosa suplencia de la máquina por el hombre.
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